La economía peruana enfrenta un panorama desafiante para el 2024, según las proyecciones del Instituto Peruano de Economía (IPE). Los indicadores de expectativas empresariales sugieren una recuperación débil, con una estimación de crecimiento de apenas 0,3% en la inversión privada. Este modesto avance se vería liderado por la inversión no minera, anticipando un crecimiento cercano al 0,8%.
Sin embargo, persisten riesgos considerables que podrían afectar negativamente el desempeño económico. El IPE advierte que, en un escenario de persistente desconfianza empresarial, la inversión privada podría sufrir una caída del 1,5%. Factores como la inestabilidad política, conflictos sociales y deficiencias en el funcionamiento estatal son señalados como obstáculos que limitan la ejecución de proyectos cruciales para sacar al país de la recesión.
Durante el 2023, la inversión privada experimentó una contracción del 7,7%, marcada por protestas y paralizaciones a inicios de año. Aunque se espera una leve mejora en el 2024, alcanzando un crecimiento del 0,3%, es esencial abordar los desafíos estructurales que han contribuido a la falta de confianza empresarial. La implementación de medidas efectivas para crear un entorno propicio para los negocios se vuelve crucial en la búsqueda de la recuperación económica y el bienestar de la población.